¿La ausencia de conductas de riesgo durante la adolescencia implica que será un adulto exitoso?

La respuesta corta es NO.

Aquí te va la larga:

Cuándo pensamos en la adolescencia, las palabras que se nos vienen a la mente son “rebeldía”, “retos” y muchos “cambios”. Para atenderla, nos preparamos para confrontaciones y luchas de poder.  Adicionalmente, los miedos más grandes que se tienen cuando llegas a la adolescencia tienen que ver con conductas de riesgo: sexualidad, consumo de alcohol o drogas, violencia, y abandono escolar (falta de vocación). 

Pero ¿qué pasa cuando tú adolescente no te ofrece la batalla para la que te has preparado? y por el contrario, no participa en ninguna actividad de riesgo o no cuestiona las situaciones que lo rodean.

¿Considerarías que ganaste la adolescencia? ¿Consideras que ese adolescente tendrá éxito en la vida adulta?

Como experta en Desarrollo Positivo Adolescente, te puedo asegurar que: 

La ausencia de conductas de riesgo durante la adolescencia NO implica una adultez exitosa.

 

¿Es mejor prevenir que lamentar?

Uno de los objetivos que trae consigo la parentalidad es preparar a tu hijo para la adultez. Preferiblemente, una adultez saludable, feliz y productiva. Para lograrla, asumimos que un adolescente que participa en conductas de riesgo se aleja de esta meta, y uno que NO participa en estas conductas, se acerca. 

Desde este pensamiento, haremos todo lo posible, y pondremos toda la energía, en evitar que nuestro adolescente se encuentre en situaciones que lo expongan a las conductas de riesgo a las que tanto tememos.

Sin embargo, una adultez saludable, feliz y productiva no se logra sólo alejando a tu adolescente de las conductas de riesgo. 

La prevención es importante, pero se ha comprobado que es insuficiente para realmente generar cambios significativamente positivos en el desarrollo de los jóvenes. Se necesita algo más para poder realmente lograr el esfuerzo de un adolescente que se transforme en un adulto exitoso. 

Se necesita el desarrollo de competencias.

 

Necesitan desarrollar competencias

Quiero que pienses en un adulto exitoso que conoces y que admiras. ¿Qué habilidades y competencias ha desarrollado en su vida que lo ayudan a tener el éxito que tanto admiras?

La disciplina, creatividad, manejo del tiempo, manejo del estrés, responsabilidad, comunicación asertiva y cualquier otra habilidad positiva se desarrolla. REPITO, Estas se aprenden. Las probabilidades de que ese adulto que tanto admiras haya dedicado una parte importante de su vida a aprender a dominarlas, es alta.

Ahora, quiero que investigues si esa misma persona tuvo en algún momento contacto con conductas de riesgo (especialmente en su adolescencia). La probabilidad es que si. Pero entonces, ¿por qué no cayó al foso profundo y se quedó ahí por siempre? Porque desarrolló competencias personales que lo ayudaron a superar el reto.

(Obsérvate a ti mismo(a). Las probabilidades de que hayas practicado alguna conducta de riesgo en la adolescente es alta. ¿pero por qué no te quedaste ahí? ¿Qué experiencias te ayudaron a mantenerte lejos?)

 

¿Qué oportunidades de desarrollar habilidades le ofreces a tu adolescente?

Tener un adolescente que no participe en conductas de riesgo no es suficiente para saber que tendrá una adolescencia exitosa. Habla con ellos y explora qué tanto están realmente pensando sobre el desarrollo de su propia identidad (¿qué intereses están surgiendo?, ¿qué valores están cuestionando?, ¿qué normas les funcionan y cuáles no?).

También, así como te preocupas por que ellos no participen en conductas de riesgo, debes preocuparte de que tengan espacios diariamente para desarrollar las habilidad que SI les permitirán desarrollarse en la adultez de forma efectiva.

Piensa cuáles son las habilidades o competencias que consideras que ellos deberían desarrollar para ser adultos exitosos, felices, saludables y productivos. Ahora analiza cuántas oportunidades les ofreces diariamente para que desarrollen esas habilidades. Una vez hayas analizado el panorama, siéntate con ellos, y en equipo, ajusta lo que se deba ajustar.

En conclusión, la ausencia de conductas de riesgo no implica que será un adulto exitoso. Las competencias y factores protectores que se desarrollen durante la vida es lo que realmente podrá apoyar a que logren la meta de ser adultos felices, saludables y productivos.